Pues la tierra se
llenará del conocimiento de la gloria del SEÑOR como las aguas cubren el mar. (Isaías 11,9)
Ocurrió el sábado 12 de septiembre… como las
semillas que se rompen para dar vida nueva, como la Gloria de nuestro Dios que
llenó la tierra en los distintos momentos
de la Historia, llegaba ese día tan
especial para nuestra Comunidad. Nuevas promesas, nuevas vidas y nuevos deseos
de servir a Dios y de encontrarlo en medio del mundo, en ese día a día en el
que a pie de calle, entre los cercanos o los más lejanos, buscando acercarnos a
la meta y encontrarnos con AQUEL que nos amó primero para ser para los demás su
Misericordia palpada en el Amor que damos a todos desde la entrega silenciosa
que acompaña a la Compasión para quienes son más débiles, pero que nos enseñan
cada día que Dios, como dijo san Agustín, ES SIEMPRE MAS….
¡¡Gracias a cuantos nos acompañasteis y a
todos los que estuvisteis en espíritu y en verdad!!
Que nuestro Buen Dios os bendiga siempre.
In Deum
Un día inolvidable. El primero de muchos.
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